Blogia

habitacion3407

Trabajar en una oficina

Para los que estamos acostumbrados a trabajar en otro tipo de ambientes más "rocosos", trabajar en una oficina es como pasar una mañana en un parque temático. Por un lado las músicas que se escuchan van cambiando a medida que te sitúes en un departamento o en otro. Hay departamentos al estilo del viejo oeste, donde todo vale, todo se escucha y todo se sabe. Y otros departamentos son un poco más estancos, más "acuáticos". Bucear en ellos en complicado y las personas que lo forman suelen mirarte a los ojos con cara de "qué me va a pedir éste ahora". En la oficina se trabaja con el oído en dirección a la conversación más cercana y es fácil que haya personas que se gusten a sí mismas al escucharse.

En este parque temático hay zona recreativa, aunque globalmente todo parezca que sea recreativo. El cuchicheo-cotilleo tarda milésimas de segundo en pasar de una punta a otra de la oficina. Concentrarse es dífícl, y muy pocos son capaces de ello.

Por eso yo prefiero el ambiente "rocoso" de obra. Donde lo que se habla es referido siempre a una urgencia o una necesidad y donde entre drama y drama queda un silencio en la caseta que sí es apto para concentrarse. Ahora mismo coyunturalmente me esperan unos meses donde la soledad en mi puesto se va a acentuar aún más. Pasaré de tener una "familia numerosa" de compañeros de trabajo en obra, a vivir la archiconocida "soledad del Jefe de Obra". Este síndrome es común, y muchos compañeros me lo reconocerán. Pero bueno, se acostumbra uno a vivir con ello.

 

Cacharritos de cocina

Cacharritos de cocina

¿Quién dice que no hacen cosas como las de antes?

Que feliz venía yo el otro día cuando en el supermercado del barrio compré una vajilla de acero inoxidable compuesta de 12 piezas a un precio inigualable; con una gran predisposición a hacer los mejores potajes del mundo.

Cuando la abrí en casa, el tacto, el color, el brillo del "acero inoxidable", el mate de los mangos, me recordó de repente a aquellos cacharritos de hojalata con los que jugamos de pequeños, en el que hemos hecho los mejores platos a base de plantas de colores, agua y barro en nuestra edad de la inocencia (que antes era superior a la actual). ¡Que recuerdos!

Aún estoy buscando la inscripción en mi nueva vajilla de "Acero Inoxidable". De momento sólo la he encontrado en la caja que la envuelve. Presiento que a la que se me caiga una pieza se va a abollar como la carrocería de los nuevos coches. No sé si bajar a la tienda a cambiarla o quedarmela para que jueguen mis hijos... en fin, que esto me ha hecho pensar en dos dichos populares:

No hay mal que por bien no venga, y

Lo barato sale caro (cuanto lo decía mi padre...).

Futurama en el presente

Futurama en el presente

Cada día debería ser una celebración. ¿Que día no hay algo de que reírse, pensar, llorar, recordar? En el último año y pico no recuerdo ninguno. Y eso me gusta. Me gusta mirar a mi alrededor y ver cada cosa con ojos de ilusión recordando el momento en el que lo he visto por primera vez, y de cada una una historia.

Sorprendente lo que se puede dar forma a una casa y ver la mezcla de adornos, regalos, útiles... juntos sin sentido alguno del orden. Acaba siendo divertido.

Lo nuevo, y lo viejo

Es sorprendente como cosas tan antagónicas como la experiencia, los años, lo anciano, lo viejo… ante la inocencia, lo nuevo, lo reciente se atraigan tanto.

 

Para muestra un botón.

 

Pongan ustedes a un recién nacido, ante su pariente más anciano (si es bisabuelo/a, mejor) y esperen cinco segundos…

 

Conseguirán que se miren el uno al otro y no paren de reír.

 

¿porqué? Pues no lo sé. Sólo sé que es algo maravilloso.

Al pueblo

Está bien eso de tener pueblo. Porque siempre tienes un sitio donde ir cuando no tienes pasta para irte más lejos o no tienes otro plan. En el pueblo se respira mejor aire que en Madrid. Sus habitantes te saludan como si te conocieran desde pequeño (y en efecto, te conocen...) y todavía venden botellines de un cuarto de litro de cerveza en los bares.

 Y yo me pregunto... ¿a dónde van cuando hay puente los que viven en el pueblo?

Post comunitario (de comunidad de vecinos)

Nuestros vecinos cotillas orquestan con sus mirillas (chaca-chaca-chaca) la misma canción cada vez que subimos por las escaleras la familia entera cantando: "Margariiiiita se lllaaaamaa mi amooooorr....". Eso no es nuevo. Lo nuevo es que cuando nos vean reconozcan que nos ven por las ventanas y nos pregunten por la celebración del día anterior...

Incluso los hay que nos saludan como si nos conociésemos de toda la vida...

 Y es que las ventanas de un patio trasero dan para mucho, oye.

 

Profesiones

¿Y tú a qué te dedicas?

 _ yo trabajo de bebé desde hace unos meses.

 ¿Y es duro el trabajo ese?

_ bueno, psé... depende de los padres que te toquen...

Resultados electorales

  En casa no tenemos problemas a la hora de repartir los escaños electorales. Los ministerios están muy asignados. Yo me ocupo del ministerios de nuevas tecnologías, cables y bricolaje diario. Llevo también el de transporte de familia entera, así como los de gastronomía y deporte. Mi mujer lleva los ministerios de relaciones externas, asuntos internos, salud y logística interna. Los ministerios de ocio, cuidado de nuevas generaciones y vivienda los compartimos.

Además éste último año, nos ha salido un elemento independentista en forma de nueva generación. De momento, ya se lleva la mitad del presupuesto anual y sólo tiene dos meses!

 

 

Comenzar de nuevo

A todos nos cuesta comenzar de nuevo. Cualquier camino que termina, es para dar comienzo a otro. Siempre amanece, siempre aparece un nuevo día. Soy feliz de comenzar, estoy feliz por recordar, por aprender y por contar de nuevo.

He vuelto.